El tendón de Aquiles es el tendón más largo y fuerte del cuerpo. Está directamente unido a los músculos gastroc y sóleo, también conocidos como «los músculos centrales de las carreras de distancia». La función del tendón de Aquiles es, literalmente, crear tensión en el pie y la rodilla para impulsarnos hacia delante al correr y caminar. Por ello, suele sufrir irritación e inflamación cuando aumentamos el volumen de entrenamiento o cuando no nos recuperamos de forma óptima. Cuando esto ocurre, el tendón reacciona hinchándose y degenerándose progresivamente si no se rehabilita correctamente, pasando de una tendinitis a una tendinopatía. Las investigaciones demuestran que la resolución completa de los síntomas y la vuelta al deporte tardan entre seis semanas y un año, dependiendo de lo irritable que sea la lesión, de la salud general del tendón y de la calidad de la rehabilitación durante el proceso de recuperación.
Tipos de tendinopatía aquílea
Existen dos tipos de tendinopatía del tendón de Aquiles: la tendinopatía de la porción media del tendón de Aquiles y la tendinopatía insercional del tendón de Aquiles. Debido a que la tendinopatía insercional del tendón de Aquiles está sometida a fuerzas de compresión en el hueso, puede tardar más en recuperarse si la rehabilitación no está bien enfocada.
Los rasgos distintivos de la tendinopatía del tendón de Aquiles incluyen dolor al apretar el tendón, dolor al levantar el talón o al saltar y rigidez matutina al levantarse de la cama.
El camino hacia la recuperación
Para rehabilitar correctamente las tendinopatías del tendón de Aquiles es necesario acudir a un especialista capaz de diagnosticarlas correctamente, que disponga de las herramientas necesarias para empezar a reducir los síntomas rápidamente (masajes, descompresión miofascial, punción seca) y que sepa cómo fortalecer progresivamente el tendón con un fortalecimiento específico seguido de un entrenamiento pliométrico y, a continuación, un protocolo de vuelta a la carrera.
A continuación se muestra un protocolo que utilizamos en la clínica para ayudar a nuestra toma de decisiones clínicas que un cliente puede estar listo para probar y comenzar un protocolo de vuelta a correr, siempre y cuando cumplan todos los criterios siguientes:
Elevaciones bilaterales de pantorrilla
25 repeticiones, alcanzando el rango completo de movimiento y siendo capaz de mantener una cadencia de 30 bpm con la elevación del talón (con un dolor mínimo o nulo).
Elevaciones de pantorrilla con una sola pierna
2×25 repeticiones alcanzando el rango completo de movimiento y siendo capaz de mantener una cadencia de 30 bpm con la elevación del talón (con mínimo o ningún dolor).
Elevaciones de pantorrilla con una sola pierna
3 series de 6-8 repeticiones con un peso corporal de 0,3-0,4 a 30 lpm (con un dolor mínimo o nulo)
Saltos Pogo
1 minuto a 150 lpm (sin dolor)
Saltos de pogo a una pierna:
30s a 150 bpm (sin dolor
Volver a correr tras una tendinopatía aquílea
La tendinopatía del tendón de Aquiles puede convertirse en un problema crónico que limite gravemente la capacidad de correr durante años. Por este motivo, seguimos un protocolo específico como el descrito anteriormente para asegurarnos de que el tendón está lo suficientemente sano como para probar a correr una vez que se hayan completado las cinco pruebas sin dolor. En esta fase de la rehabilitación, cuando un corredor comienza su protocolo de vuelta a la carrera, recomendamos correr en superficies planas y duras a una cadencia alta, ya que se ha demostrado que reducen las fuerzas en el tendón de Aquiles en comparación con otras alternativas.
Las lesiones de Aquiles pueden ser complicadas y extremadamente frustrantes cuando no se recibe una atención excelente. En fisioterapia Miguel Peña se especializan en el tratamiento de lesiones de Aquiles y obtienen grandes resultados con protocolos e intervenciones que utilizamos para volver a correr sin dolor.