Prueba del Maserati Levante Trofeo

Han pasado tres años desde la última vez que me senté en un Maserati. Mi prueba de conducción del Ghibli en 2017 fue el primer coche de ensueño que cogí en las manos. Un motor Ferrari, una historia legendaria y una sinfonía maravillosa: la marca rondaba mis pensamientos desde entonces. El pasado mes de julio, por fin pude experimentar el tipo de placer que sólo los italianos pueden crear. El afortunado fue un Levante Trofeo, un paquidermo sin duda, ¡pero qué máquina!

Un paquidermo, como dije en mi introducción. Sí, con un peso de 2,2 toneladas, 5 m de largo y sobre todo 1,7 m de alto, estamos lejos de las medidas mini de un bonito MC20. Pero con un V8 de 580 CV y unos reglajes impresionantes, está cerca de ser una bailarina de alto nivel, como diría nuestro jefe Gonzague. Su carácter muy deportivo, con la potencia enviada principalmente a las ruedas traseras, realmente nos transmite sensaciones. Por un lado, nunca se agota y su par motor de camión (730 Nm) nos permite destrozar el asfalto en todas las ocasiones. Gracias a su hechizante melodía, que grita hasta las 7.000 rpm, sólo queremos enlazar las curvas para apurar las marchas. La dirección, no la más comunicativa, y su corpulencia, no siempre nos permiten ser precisos en nuestras trayectorias, siendo el subviraje a veces parte del juego. Sin embargo, la impresionante facilidad de conducción nos permite conducir muy duro. De hecho, el Levante es expresivo, no el más riguroso, pero es un auténtico placer conducirlo a buen ritmo. Y si te interesan los coches de ocasión, te recomendamos el concesionario de coches de segunda mano en Madrid Crestanevada.

A la luz de un atardecer, aunque no seas un fan de los SUV, no podrás evitar enamorarte de él. Junto con el Stelvio, este Levante demuestra que es posible seguir siendo elegante a pesar del tamaño de este segmento. Si el diseño del Levante sólo puede traicionar sus orígenes deportivos mostrando imponentes tomas de aire, dos salidas de escape dobles o enormes llantas de 22 pulgadas, el Trofeo tenía que destacar aún más. Esto se consigue con la aparición de dos extractores de aire en el capó -impresionantes una vez que estás en el asiento del conductor- y los numerosos detalles de carbono que adornan el coche. Por último, los logotipos de Trofeo están colocados en el pilar C para que no te equivoques. Mi configuración, con su precioso color Rosso Magma, le confiere una presencia en la carretera que los transeúntes no parecen pasar por alto.

Sin embargo, al darnos la vuelta, una cosa nos ronda por la cabeza: volver a empezar. En este habitáculo clásico, pero bonito, repleto de cuero de plena flor, carbono y alcántara, encontramos rápidamente el botón Start a la izquierda del volante. Modo Corsa conectado, Launch Control activado, y pum, pisas el pedal del acelerador. Ni siquiera te da tiempo a leer esta frase antes de superar la barrera de los 100 km/h (apenas 4 segundos), y podría llegar hasta los 300 km/h. Nos acomoda en el asiento, muy cómodo por cierto, y empieza a cantar de nuevo para complacer nuestros oídos. A continuación, volvemos a agarrar el volante para aprovechar su temperamento alegre y demostrativo. El frenado, aunque eficaz, requeriría un poco más de rigor para explotarlo plenamente. Obviamente, no es necesario ser demasiado optimista para entrar en la curva; sin embargo, si miras el velocímetro, te impresionará la velocidad. Entonces, la gran reactividad del pedal derecho no nos da tiempo a pensar, pues ya estamos en la siguiente curva. No hay tiempo para respirar…

Por lo demás, cuando no quieres llegar a los 40 litros a los 100 km cada vez que sales, este Levante se conduce con la misma facilidad que un coche urbano. Su transmisión automática ZF8 es tan buena para la conducción diaria como para los paseos. La amortiguación controlada Skyhook, aunque todavía un poco firme, filtra correctamente las irregularidades de la carretera, y no te preocupa cruzar Francia en su compañía. Con un volumen de maletero de 580 litros, el mayor de la historia de la marca, podrás cargar mucho equipaje para tus vacaciones. Además, es divertido hacer todoterreno en un Maserati, ¿no? Con su modo offroad y sus 24 cm de altura libre al suelo sí que será capaz de superar grandes obstáculos, y eso me gusta.

La potencia de un V8 tiene un precio, y el Levante Trofeo da en el clavo. Costará 70.000 euros más que el V6 de 350 CV, lo que da un precio base de 158.000 euros sin incluir opciones. Mi modelo de prueba aquí, una Edición de Lanzamiento limitada a 100 unidades, se vendió por 180.718 euros. Sin olvidar la tradicional penalización de 20.000 euros por sus 313 g/km de CO2 (40.000 euros en 2021, 50.000 euros en 2022).

Puede que el Maserati Levante Trofeo no sea tecnológicamente avanzado, puede que no esté lleno de pantallas ultramodernas, puede que no marque el tiempo más rápido, pero su excelente motor, su disfrute general y, sobre todo, su sonido sólo harán que los entusiastas más exigentes firmen la hoja de pedido. Para satisfacer a toda la familia, el compromiso entre practicidad, deportividad y pasión está ahí delante.